Antecedentes
Caso de estudio de Goya Foods
Fundada en 1936, Goya Foods es ahora la mayor compañía de alimentos de propiedad hispana de los Estados Unidos, con más de $1,000 millones en ventas anuales. La compañía comenzó un plan estratégico de 10 años en el 2005, invirtiendo $500 millones en la expansión para llegar a nuevos clientes y fortalecer la marca Goya en todo el mundo. La optimización de su red de distribución fue una pieza fundamental de esta iniciativa.
Desafío
En un esfuerzo por dar cabida a décadas de crecimiento anterior y anticipado, Goya Foods construyó una instalación de 59 736 metros cuadrados en Jersey City, Nueva Jersey, que serviría de modelo para el resto de su red de distribución y consolidaría las operaciones de dos instalaciones de distribución en una sola.
Solución
Modificar las estanterías habría sido prohibitivamente caro, por lo que Jerry Russo, gerente de cuentas de Goya para Barclay desde hace mucho tiempo, trabajó en estrecha colaboración con Quiñones para desarrollar las modificaciones correctas de montacargas. La pareja pasó varias semanas en las nuevas instalaciones y viajó a otras ubicaciones de Goya para evaluar tanto los desafíos físicos como las consideraciones de flujo de trabajo para determinar las especificaciones.
Su primera preocupación fue abordar el bajo espacio libre de las estanterías compactas. Si los montacargas con operador sentado no pueden entrar, los operadores deben dejar las tarimas en un área de estacionamiento y otro operador con un tipo diferente de montacargas debe venir a guardar la tarima. Esto añade un punto de contacto adicional e ineficiente que ralentiza los tiempos de los ciclos. "Uno de nuestros objetivos más importantes al desarrollar el montacargas con especificaciones Goya fue reducir la cantidad de contactos adicionales necesarios para mover el inventario", dice Quiñones. "Queríamos un solo montacargas capaz de completar todo el ciclo, desde recibir hasta guardar, para eliminar ese paso extra".
Al final, el par creó el montacargas con especificaciones Goya, un modelo eléctrico contrapesado ERC050VG de Yale®, personalizado para quitar el guardabarros sobre las ruedas delanteras, añadir llantas más grandes y usar un resguardo superior personalizado. El diseño del protector presenta una curvatura y una inclinación en los lados que permiten que el montacargas pase a través de las estanterías compactas, manteniendo al mismo tiempo la protección necesaria del operador, lo que produce un solo montacargas con capacidad de extremo a extremo.
Yale también modificó los montacargas para pasillos angostos con pantógrafo para afrontar el reto de que los estabilizadores golpearan la base de la estantería. Este problema impedía que los operadores se movieran cerca de las ubicaciones de almacenamiento de destino, lo que amenazaba su capacidad para llegar a profundidades de almacenamiento de doble profundidad. Así que Yale empezó por extender el alcance, con ajustes en los cilindros y los mecanismos de alcance, y luego añadió el posicionamiento por láser y un sistema de cámaras para ayudar a los operadores a posicionar con más precisión las cargas a grandes alturas.
Impacto
Los montacargas de Yale con modificaciones personalizadas permitieron a Goya convertir en realidad el potencial de sus nuevas instalaciones. Aprovechar todo el volumen cúbico del espacio más grande y reducir los contactos desde la recepción hasta el almacenamiento permite que la instalación mueva más cajas (60 000 a 90 000 por noche) de manera más eficiente que nunca.
Según Unanue, el uso de la estantería de doble profundidad mejoró el flujo de trabajo general de la operación, impulsó la productividad e incluso ayudó a promover un entorno de trabajo más seguro. "Pudimos sacar los montacargas de las áreas de alto tráfico y crear un entorno de trabajo más seguro porque ahora recogemos desde el frente, pero reabastecemos desde la parte posterior del estante".
Con esos resultados, el montacargas de especificaciones de Goya y el diseño del almacén de Jersey City se convirtieron en el nuevo estándar de la red de distribución de la compañía. Quiñones atribuye a la solidez de la relación distribuidor-cliente como una pieza fundamental para el éxito del nuevo almacén.
"Cada vez que teníamos un nuevo desafío, siempre podía trabajar en ello y encontrar una solución con Barclay", dice Quiñones. "Pasaron meses estudiando cómo utilizamos los montacargas y nuestra infraestructura de almacenamiento, lo que sentó las bases de todos nuestros esfuerzos. Esta relación es exitosa porque entendemos las necesidades del otro".